domingo, 15 de noviembre de 2015

Ser guías, vigías y acompañantes

El encuentro diocesano de este curso está dedicado a una reflexión conjunta sobre los retos que nos plantea la última Encíclica del Papa Francisco, a los movimientos de Acción Católica. Al mismo tiempo, está semana hemos sido convocados por la memoria de Pepe Alonso en el tercer aniversario de su fallecimiento. Recordamos  a continuación sus propias palabras en su escrito del 2010, La universidad, construcción solidaria, que se nos antoja hoy un complemento oportuno a la lectura que Daniel Barreto nos propone sobre la Laudato Si en su texto La niebla entra por debajo de la puerta.

Ser guías , vigías y acompañantes (Pepe Alonso)

Desde este proyecto común (La Universidad, la Escuela desde bases solidarias) se formarían personas para dar respuesta a las tres heridas fundamentales que enumerábamos en los hombres y mujeres de nuestra época:
1. Ante una sociedad de excluidos y marginados, preparar y suscitar agentes sensibilizados que sean como guías que rehabiliten a individuos y colectivos en un proceso serio de desarrollo aunque sea comenzando por gestos pequeños y sencillos que hagan ambiente de calor humano en un mundo que segrega permanentemente bolsas de exclusión.
2. Ante una sociedad que está en permanente riesgo y que crea espacios de vulnerabilidad ofrecer vigías que estén atentos a crear dinámicas y pedagogías de prevención tanto a nivel personal como familiar y grupal. Los profesionales de la prevención de cara a las zonas cada vez mayores de vulnerabilidad han de ser un signo de nuestro tiempo. Este servicio de vigías lleva consigo desde la denuncia ante los peligros ecológicos, las consecuencias de políticas nefastas hasta los proyectos educativos especialmente dedicados a adolescencia y juventud. El proceso estrictamente necesario para que estas personas surjan, es el trabajo de concienciación a todos los niveles posibles que hemos aludido anteriormente.
3. Ante las situaciones sangrantes y urgentes de dolor, guerra, hambre, ofrecer acompañantes que sean capaces de curar como el samaritano las heridas al mismo borde del camino. La animación de voluntariado especializado que ejerce este acompañamiento en las más diferentes áreas sin descuidar los espacios cercanos es una tarea fundamental. Se ha repetido muchas veces que nuestro siglo XXI será solidario o no será. Para que esto sea posible todos estamos emplazados; cada persona, cada colectivo, cada entidad, cada religión desde sus posibilidades y riquezas. Nuestro mundo no se ha de configurar por enfrentamientos y rencillas de la mala escolástica donde la discusión de mil aspectos sutiles diversificaban las escuelas, los grupos y las tendencias situadas en la permanente confrontación. Nuestro mundo tiene una tarea común que ha de unir todos los esfuerzos. Cuando la casa se está quemando hay que amarrar todos los brazos y unir todas las mangueras para apagarla y cuando es la humanidad entera la que se nos hunde no caben esfuerzos por separado.Todos hemos de entrar en el tajo de la construcción común.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Que su grito se vuelva el nuestro

Comunicado de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Acción Católica General (ACG), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Juventud Estudiante Católica(JEC), FRATER EspañaProfesionales Cristianos (PX), Mujeres Trabajadoras Cristianas (MTC), Movimiento Rural Cristiano (MRC) y Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos (MJRC).
Ante la dramática crisis migratoria de la que nuestro país y nuestro continente están siendo testigos durante las últimas semanas, queremos expresar nuestro profundo dolor por la realidad de miles de personas que, huyendo de la guerra, el conflicto y la persecución religiosa, buscan asilo y reclaman a Europa auxilio y acogida en un desolador éxodo que se ha cobrado ya multitud de vidas humanas, muchas de ellas de jóvenes y niños.
Somos conscientes de que se trata de un drama que lleva tiempo asolando a nuestros pueblos hermanos sin que Europa haya, hasta la fecha, encontrado una solución satisfactoria para tal problema de largo alcance que, más allá de sus implicaciones políticas y sociales, se ha convertido en una tragedia humana sin precedentes.
Multitud de esperanzas, proyectos de vida e ilusiones naufragan en las costas o agonizan en las carreteras y fronteras de nuestra Europa,  sueño de paz y prosperidad para tantos hombres y mujeres que huyen del horror y la desesperación.
Como Acción Católica Española, Iglesia en el mundo, nos sentimos llamados a alzar nuestra voz como reclamo en favor de quienes consideramos hermanas y hermanos, habitantes de nuestra casa común, esta aldea global que, todavía hoy, palidece bajo los muros de la opresión y los signos de la separación  que marcan las diferencias culturales, religiosas, sociales y políticas. Para nosotros, como afirma San Pablo, “ya no hay distinción entre judío o no judío, entre esclavo o libre, entre varón o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3,28)
En tantas personas desplazadas, oprimidas y exiliadas vemos el rostro sufriente de Cristo necesitado de abrazo, cuidado y acogida, pues “cuando lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40) y nos sentimos impelidos por las palabras del Papa Francisco en su invitación a poner la misericordia en el centro de nuestra mirada y en nuestro corazón:  “Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.
Nos comprometemos a orientar nuestra reflexión y nuestra acción a promover una cultura de encuentro y acogida para todas las personas, signo del proyecto del Reino que Dios sueña para toda la humanidad.
Valoramos, apoyamos y llamamos a la ciudadanía a sumarse a las iniciativas de reivindicación y movilización que rápidamente han surgido en diversos puntos de nuestro país y en nuestra Iglesia, muestra de la preocupación y el deseo de la sociedad de comprometerse para solucionar esta situación.
Asimismo, reclamamos a los gobiernos, especialmente al nuestro, que asuman con solidaridad y valentía la responsabilidad de garantizar la protección y la acogida de toda vida humana desprotegida y víctima del conflicto y la persecución.

miércoles, 6 de mayo de 2015

El disenso

El disenso (Pepe Alonso)1



Ante la imposición irremediable de un pensamiento único justificador de intereses, la práctica del disenso, la crítica o denuncia profética en sus diversos modos, ha de estar presente en la elaboración de criterios y enfoque de los problemas. Queremos aportar aquí la lectura de otra parábola del Evangelio, que nos puede suscitar elementos para situarnos en este apartado.

Por eso con el Reino de los Cielos sucede lo que con el dueño de una finca que salió muy de mañana a contratar obreros para su viña. Después de contratar a los obreros por un denario al día, los envió a su viña. Salió a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: “id también vosotros a la viña y os daré lo justo”. Ellos fueron. Salió de nuevo al medio día y a primera hora de la tarde e hizo lo mismo. Salió por fin a media tarde, encontró a otros que estaban sin trabajo y les dijo: ¿Por qué estáis aquí el día sin hacer nada? Le contestaron: “porque nadie nos ha contratado” Les dijo: “Id también vosotros a la viña”. Al atardecer el dueño de la viña dijo a su administrador: “llama a los obreros y págales el jornal empezando por los últimos hasta los primeros”. Vinieron los de media tarde y cobraron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que cobrarían más; pero también ellos cobraron un denario cada uno. Al recibirlo se quejaban del dueño diciendo: “estos últimos han trabajado sólo un rato y les has pagado igual que a nosotros, que hemos soportado el peso del día y del calor”. Pero él respondió a uno de ellos: “amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No quedamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Si yo quiero dar a este último lo mismo que a ti, ¿no puedo hacer lo que quiera con lo mío? ¿O es que tienes envidia porque yo soy bueno? Así los últimos serán los primeros, y los primeros, últimos”. (Mt. 20, 1 – 16). 
Es una parábola desconcertante. En principio aparece un dueño injusto y unos trabajadores con respetables protestas y reivindicaciones; el oyente o lector, en principio, se pone de parte de la protesta de los trabajadores. Se trata de un planteamiento “distinto”. Los esquemas de pensamiento del Reino, los valores, los estilos son realmente revolucionarios. Disienten con la realidad totalmente. El principio de comportamiento va más allá que lo aparentemente justo. Es el principio del amor por encima de la justicia distributiva. Este principio de actuación se coloca más allá y rompe criterios legales y del llamado sentido común. Todos actuarían de la otra manera. Aparece una nueva doctrina, un nuevo estilo. Nuestra presencia en la realidad puede ser chocante, como lo fueron las conclusiones de este relato para los oyentes de Jesús.
En el contexto de decisiones en la sociedad contemporánea todo se canaliza por medio del consenso. La política, la ética, los acuerdos por consenso gozan de garantía general y por ese camino se intenta orientar el mecanismo de nuestro mundo. Habría que analizar si todos los consensos que aparecen refrendados son correctos o son simples pactos y cambalaches. Ante los pactos, consensos y acuerdos, que pueden estar viciados por la exclusión de los interesados, es necesario introducir el imperativo del disenso. Los mismos derechos humanos han ido formulándose en la humanidad a partir del grito de los disidentes, que han obligado a los poderosos a tomar otros acuerdos. Hablamos de disenso en el ambiente democrático de comienzos de siglo, donde existe la consulta popular, los ciudadanos se sienten más o menos representados en la toma de decisiones y se hace el esfuerzo de oír la voz de todos los implicados. Hablar de disenso en este marco es, al menos, arriesgado y disonante, e incluso puede parecer un atentado a las instituciones democráticas. Precisamente por estar inmersos en una sociedad de acuerdos generalizados, donde el consenso tiene el peligro permanente de convertirse en pactos de intereses, donde hay seres humanos que aún no tienen palabra y, si la tienen, carecen de medios para hacerse oír en igualdad de condiciones en la mesa del diálogo y discusión, precisamente ahí nos parece necesario el disenso a la hora de construir una ética abierta a soluciones de futuro.
Nos referimos y hablamos de una situación en la que los acuerdos fácticos son permanentes, se crean estados de opinión uniforme y las propuestas neoliberales se ofrecen como única alternativa para la pobreza que azota el planeta tierra. El poder cuasi absoluto de los medios de comunicación como divulgadores de cultura y creadores de estados de opinión se imponen con la orquestación de un pensamiento único. Pensar y opinar fuera de esos esquemas se considera negativamente utópico y conduce a la marginación intelectual. Desde esta perspectiva la disidencia tiene un valor fundamental y, según algunos pensadores, tiene la encomienda de fundamentar los derechos, o al menos dinamizar el proceso para que arranquen desde una auténtica matriz.

En esta tarea el mundo profesional tiene posibilidades privilegiadas, ya que para hacer frente al bloque de pensamiento oficial es necesario estar capacitados de conocimientos y análisis que descubran los fallos en las propuestas de influencia. Se han de situar desde la visión directa de la pobreza y los sin nombre, y desde las herramientas de análisis de las que están dotados por su preparación.
Esto lleva consigo discernimiento serio y confrontado para no caer en fundamentalismos, tan de moda en nuestra realidad. La referencia obligada siempre es el rostro del otro como llamada a una compasión real y efectiva.

Este disenso puede hacerse presente en algunos espacios como acuerdos colectivos de los profesionales de una misma rama, posturas de sectores que se unen para llevar adelante reivindicaciones, modos de actuación y en estados de opinión.


1 Alonso Morales, J., Humanizar la profesión, Cuaderno de formación de Profesionales Cristianos, 2010

martes, 14 de abril de 2015


Celebración de la Eucaristía: Sábado 18 de Abril,  19:00 en la Casa de la Iglesia (C/ López Botas, 8, Vegueta)

El movimiento de Profesionales Cristianos de Canarias les invita a celebrar la experiencia de la Resurrección, acompañados por Segundo Díaz. Nos hacemos eco de las palabras de J.A. Pagola:

"La resurrección de Cristo es la mejor noticia que podíamos recibir los hombres.
Ahora sabemos que Dios es incapaz de defraudar las esperanzas del hombre que le invoca como Padre. Dios es Alguien con fuerza para vencer la muerte y resucitar todo lo que puede quedar muerto (2Co 1, 9; Ef 1, 18-20). Dios es Alguien que no está conforme con este mundo injusto en el que los hombres somos capaces de crucificar al mejor hombre que ha pisado nuestra tierra. Dios es Alguien empeñado en salvar al hombre por encima de todo, incluso, por encima de la muerte.
  Ya el mal, la injusticia y la muerte no tienen la última palabra. La vida no es un enigma sin meta ni salida. Conocemos ya de alguna manera el final. A esta vida crucificada vivida con el espíritu de Jesús, sólo le espera la resurrección (Rm 8, 11). Todos aquellos que luchen por ser cada día más hombres, un día lo serán. Todos aquellos que trabajen por construir un mundo más humano y justo, un día lo conocerán. Todos los que, de alguna manera hayan creído en Cristo y hayan vivido con su espíritu, un día sabrán lo que es VIVIR".
  «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees tú esto?» (Jn 11, 25). 

martes, 10 de marzo de 2015

Sesión de trabajo: La Alegría del Evangelio y Eucaristía, celebrando la Cuaresma

Sesión de trabajo sobre La Alegría del Evangelio con Segundo Díaz
y
Celebración de la Eucaristía -La espiritualidad de la Cuaresma, 14 de Marzo de 2015

 (Sesión de trabajo) 17:00
(Celebración de la Eucaristía) 19:00 
en la Casa de la Iglesia (C/ López Botas, 8, Vegueta)

El movimiento de Profesionales Cristianos de Canarias les invita a celebrar este momento litúrgico de la Cuaresma para profundizar en la espiritualidad de la conversión, acompañados por Segundo Díaz. Nos hacemos eco de las palabras del obispo Bergoglio (Francisco I) en la cuaresma del 2013:

La Cuaresma se nos presenta como grito de verdad y de esperanza cierta que nos viene a responder que sí, que es posible no maquillarnos y dibujar sonrisas de plástico como si nada pasara. Sí, es posible que todo sea nuevo y distinto porque Dios sigue siendo "rico en bondad y misericordia, siempre dispuesto a perdonar" y nos anima a empezar una y otra vez. Hoy nuevamente somos invitados a emprender un camino pascual hacia la Vida, camino que incluye la cruz y la renuncia; que será incómodo pero no estéril. Somos invitados a reconocer que algo no va bien en nosotros mismos, en la sociedad o en la Iglesia, a cambiar, a dar un viraje, a convertirnos.