domingo, 12 de junio de 2011

La esperanza no agoniza…dormita En torno a las movilizaciones del 15M. José Alonso Morales

Nadie lo esperaba. Los análisis de todo tipo llegaban a la conclusión de una juventud desmotivada, sumergida en el hedonismo, sin valores, en crisis, nadando en el mar del relativismo. De repente aparece una concentración que tira de otra y esa de otra y otra y se expande como un virus por toda la piel del país. España se puebla de plazas céntricas abarrotadas de grupos inmensos que hacen silencio gritan y tapizan el paisaje de pancartas y slóganes denunciantes. No son sólo jóvenes hay gente de todas las edades: padres hijos y nietos. De nuestro país el virus salta las fronteras hacia Europa y ha cruzado los mares en todas las direcciones. Una multitud que levanta las manos y hacen una protesta universal de un modo admirablemente pacífica contra el panorama generalizado de las estructuras que mantienen el orden (desorden) establecido en un mundo globalizado. Comienza a estallar en mil añicos el horizonte asfixiante de resignación pasiva que nos constreñía como un corsé.